La tecnología desarrollada es un nuevo sistema de cultivo de esporas de algas rojas (macroalgas). Consiste en un sistema cerrado de recirculación que permite la resuspensión de esporas, de manera de aprovechar las esporas no asentadas.

El dispositivo está dirigido a mejorar el asentamiento, inoculación de sustrato y el cultivo de algas rojas por medio de esporas, contrario a los casos de propagación vegetativa masiva utilizados para el cultivo comercial. La tecnología está dirigida a empresas que realizan cultivo de algas rojas de ciclo de vida isomórfico de alto interés comercial, como la chicoria de mar, el luche, el pelillo, la carola o las lugas, cuyo cultivo hoy en día se realiza de forma prácticamente artesanal, evidenciando un desarrollo de las técnicas y procesos comprometidos en el escalamiento productivo y su masificación.

En general, el tamaño del mercado de algas se estimó en US$ 55 mil millones en 2018, facilitado por el aumento de la demanda por parte de la industria alimentaria. Además de las algas comestibles, los principales productos derivados de algas rojas son los hidrocoloides como el agar y los carragenanos. Factores que están empujando el mercado de productos de algas son, por ejemplo, la demanda por productos de origen natural, el aumento de la demanda por alimento y la obtención de productos alimenticios funcionales. Así también, las algas se están utilizando cada vez más en alimentación animal.

Áreas de impacto: Alguicultura

Más sobre los inventores:  Dr. Cristian Bulboa, investigador de la Facultad de Ciencias de la Vida y del Centro de Investigación Marina Quintay de la UNAB.